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Consejo para los Padres

Aprenda que los niños son hombres y mujeres pequeños con una inteligencia limitada por su edad, y que aunque debe permitirles actuar como niños, debemos tratarlos con madurez, evitando siempre la dureza.

Se debe también tener en cuenta que cada mirada, palabra, tono de voz o gesto, e incluso la forma de vestir, deja en ellos una impresión de los que le tratan.

No se debe disciplinar a un niño basado solo en suposiciones o palabras inciertas se debe corregir por medio de la palabra con amor y sabiduría.

No se debe tampoco manipular los sentimientos del niño cuando se le corrija.

Debemos intentar ser siempre amorosos y alegres cuando estemos con ellos; tenemos que ser comunicativos, sin caer jamás en la extravagancia, en la superficialidad ni en las palabras o los gestos vulgares.

Se le debe corregir cuando se comporte mal, ni rogarle que obedezca el debe aprender quien es la autoridad, y usted debe dejarse ver como autoridad en conducta y moral.

Se debe inspeccionar de cerca el cumplimiento de nuestras órdenes, hasta que hayan concluido, y no permitirles que abandonen la tarea, o que no la cumplan tal como se les ha pedido que la realicen, a menos que lo soliciten expresamente y les sea concedido.

Nunca se les debe hablar de forma impaciente o irritada cuando se les descubra en falta pues eso generara inestabilidad emocional para enfrentar cualquier situación de parte de los padres y del niño cuando crezca.

Debemos hacer que el niño deposite confianza en nosotros y colocarnos a su altura aceptando que parte de esa confianza son en pequeñeces en promesas que quizás muchas veces las vea simples, tomen en cuenta que para un niño vale mucho.

Debemos estar siempre dispuestos a atender al niño cuando nos hable, para evitar así que deba insistir en requerir nuestra atención y para que aprenda a acudir de inmediato cuando lo llamemos.

Cuando se encuentre enfermo, es mejor para el niño que le ayudemos amablemente a guardar la disciplina, y no que le consintamos los caprichos.

No manipule a sus hijo con la palabra cuando esté enojados con él, pues eso ocasionara una distorsión en como Dios trate con el sea transparente, pues tal cosa no cumpliría el efecto deseado. Debemos buscar para ello situaciones más propicias para corregirlo por medio de la palabra de Dios.

Los niños son cajas en blanco que uno puede llenar de sabiduría por eso es importante que aprovechemos la etapa inicial hasta los diez años, para instruirlos en los caminos de Dios y fórmalos como personas responsables.

Debemos evitar reprender severamente al niño delante de otras personas, ponerlo en ridículo o burlarse de sus debilidades.

No se debe permitir que existan dos códigos de comportamiento, uno de carácter doméstico y otro frente a las visitas. Se debe enseñar siempre una sola manera de ser frente a todo el mundo.

No debemos decirle jamás a un niño: “No creo lo que dices”, y ni siquiera expresar dudas. Si uno tiene alguna sensación de ese tipo debe guardarla para sí, y esperar. Al final la verdad siempre saldrá a relucir.

Dios nos pedirá cuentas por cada uno de nuestros hijos son una responsabilidad en nuestra manos su vidas son el reflejo de lo que realmente son sus padres.

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